Museo de Segovia
15 de noviembre de 2013
31 de diciembre de 2013
Educación, Investigación, Segovia, Cultura, Actividades culturales, Museos, Centros, aulas y yacimientos arqueológicos, Colecciones, Conservación, Exposición
Consejería de Cultura y Turismo - Dirección General de Políticas Culturales
Museo de Segovia
Director: Santiago Martínez Caballero
Calle Socorro 11. C.P.: 40003 Segovia.
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Museo de Segovia. La Casa Eraso se localiza en pleno corazón de los montes de Valsaín, al pie del empedrado camino que unía Madrid con Segovia. Se correspondía con una imponente casa de campo de dos plantas construida con sillares y tejado de pizarra, muy del gusto del monarca Felipe II quien encargó su construcción hacia 1552. Junto con este palacete de verano, empleado por la monarquía como espacio de recreo y cinegético se levantó una nevera, una ermita y una serie de edificaciones de servicio que las diferentes intervenciones arqueológicas han permitido documentar en su totalidad. El fragmento de porcelana china se recuperó en el basurero de la casa de campo localizado en las inmediaciones de la nevera.
El fragmento de porcelana o kraak-porselein (cerámica fina y sonora) -un borde de un cuenco o taza de pequeñas dimensiones y finas paredes- adopta cuerpo de tendencia hemisférica y está decorado con temas vegetales y trazos que asemejan escamas todo ello en azul cobalto que cubren toda la superficie externa de la pieza, cuyo labio aparece destacado con un fino ribete de color amarillo. El fragmento aparecía acompañado en el muradal por toda una serie de variados restos cerámicos y piezas destinadas a vestir la mesa de la Casa Eraso entre las que destacan los platos, escudillas y cuencos con cubierta estannífera, algunas decoradas con motivos en azul procedentes de los alfares de Talavera, Segovia y Ávila los cuales permiten certificar la atribución cronológica propuesta a este periodo para el trozo de porcelana.
Porcelanas Chinas en la España de la Edad Moderna
Desde finales del siglo XV las porcelanas procedentes del cantón de Jingdezhen eran un suculento objeto de comercio de los comerciantes portugueses primero y holandeses después, estos últimos a través de la Compañía de las Indias Orientales quienes capitalizaron la distribución de lo que se conoció como “oro blanco” desde el siglo XVI en adelante.
Como objeto de lujo, su posesión estaba reducida a la monarquía –se dice que Felipe II llegó a atesorar más de 3000 piezas- y a la alta nobleza quienes las acapararon a lo largo de más de tres siglos, estando destinadas a “vestir las mesas”, tal y como Zurbarán o Meléndez reflejaron en algunos de sus lienzos y bodegones.
En la península Ibérica encontramos fundamentalmente dos tipos de porcelanas que se encuadran dentro del periodo Wan Li (1573-1620) dentro la Dinastía Ming y al periodo Quianlong (1735-1795), ya en la Dinastía Quing y que conocemos a través de algunos hallazgos arqueológicos efectuados en los últimos años. En territorio de Castilla y León están presentes piezas del primer periodo en la misma ciudad de Ávila (Palacio de los Bracamonte) al que habría que sumar ahora el hallazgo segoviano. Más abundantes son los ejemplos del segundo periodo, ya que se conocen piezas Quianlong en Ávila (Palacio de los Serrano), en el Palacio de los Quintanilla en Medina del Campo o en el monasterio de San Benito el Real de Valladolid, aunque si hemos de destacar algo es el hecho de que este tipo de materiales resulta muy escaso en el registro arqueológico.
Texto: Pedro Javier Cruz Sánchez. Arqueología y Patrimonio Cultural.