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Escultura de la Virgen y el niño. Siglo XIII

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Fecha de inicio:

21 de mayo de 2020

Fecha de finalización:

21 de junio de 2020

Colectivo destinatario:

Todos los públicos.

Tipo de evento:

Cultura, Museos, Centros, aulas y yacimientos arqueológicos, Exposición, Colecciones, Conservación, Investigación, Actividades culturales, Educación, Valladolid

Entidad organizadora:

Junta de Castilla y León

Lugar de celebración:

Museo de Valladolid

Plaza Fabio Nelli s/n. C.P.: 47003 Valladolid.

983351389

983350422

Correo electrónico (pulse para verlo)

http://www.museoscastillayleon.jcyl.es/museodevalladolid

Descripción:

Museo de Valladolid. Representa un tipo iconográfico denominado Virgen de Majestad: María, sentada de frente sobre un trono sostiene al Niño Jesús sobre sus rodillas, presentándolo a la adoración de los fieles. Lleva en su mano derecha una esfera que se interpreta como una manzana o una granada, dos de las frutas que Gonzalo de Berceo dice que existían en el jardín del Edén, donde sitúa a María en el papel de nueva Eva y madre de la vida, frente a Eva, por quién entró el pecado y la muerte.

El Niño, sin perder la frontalidad, está sobre la rodilla izquierda de su madre y bendice con la mano derecha mientras en la otra sostiene la esfera que es expresión de su soberanía y de eternidad. Tanto la esfera que sostiene la Virgen como la del Niño tienen un orificio en la parte superior que indican haber perdido un elemento, seguramente una cruz, símbolo de la salvación.

El modelo de la Virgen madre de Dios, o Theotokos (del griego θεος-Dios y τοκας-madre) nombre con que los primeros cristianos llamaban a María, tiene sus primeras representaciones en las catacumbas de Roma. De este modelo devocional derivaron las imágenes de estilo románico que en la Edad Media se extendieron con gran profusión, evolucionando hacia el estilo gótico a lo largo de los siglos XIII y XIV.

La Virgen lleva la cabeza descubierta, sin velo ni corona, y el pelo ciñe su rostro y cuello cayendo por detrás sin movimiento alguno. Viste túnica, que es roja en la parte superior y azul floreada en la parte inferior, y manto azul que cae por los hombros. Calza zapatos de punta pronunciada. El Niño viste túnica blanca salpicada de florecillas, presenta la cabeza descubierta y lleva los pies descalzos, tal y como es acostumbrado presentar a Jesús y a los apóstoles. En la cabeza, sendos orificios indican que las imágenes portaron en algún momento un nimbo, seguramente de plata como era lo más frecuente.

El sitial sobre el que ambos reposan es muy elemental, un banco sin respaldo con un par de almohadas, en el que se ha apreciado la existencia de tres policromías sobre la madera de nogal. La segunda de ellas es la que actualmente permanece. En conjunto, persisten en la imagen elementos románicos, pero el naturalismo del rostro y la dulzura de la expresión llevan su cronología a mediados del siglo XIII.

Fue restaurada en 2016, en el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), y en el transcurso de los trabajos las radiografías detectaron restos de puntas metálicas o clavos de tipo alfiler en la cabeza de la Virgen, lo que hace suponer su uso como imagen de vestir durante algún tiempo.
Ingresó en el Museo en 1941 procedente de Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, pero se desconoce su origen.