Escultura: "Negra de Mali" Ana jiménez. 1997

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Descripción:

Museo de Valladolid. Es una figura de mujer -principalmente realizada en tubo metálico, alambre y tela encolada- que es representativa de un tipo de creaciones salidas de manos de la artista en el último periodo de su trayectoria, periodo en el que abordó temas de la actualidad y los problemas sociales de su entorno, experimentado con materiales no convencionales, como el alambre, el papel, el plástico o las telas. 
Junto con otras dos figuras afines, forma un trío denominado Negras de Mali, creado por la escultora para la exposición colectiva que ella misma organizó cuando inauguró en Valladolid, en 1997, la sede de la Fundación de su nombre, hoy extinguida. Probablemente, y considerando su particular sensibilidad hacia temas femeninos, quieran ser estas figuras un homenaje al importante papel social de las mujeres en Mali.

Nacida en La Coruña, Ana Jiménez vivió en Valladolid desde los 9 años. Estudió bachillerato en el Instituto Núñez de Arce y, después, en la Escuela de Artes y Oficios. Desde 1964 fue profesora de modelado en la misma escuela hasta su jubilación. Desplegó a lo largo de esos años una labor de enseñanza entre numerosos alumnos que hoy la recuerdan con gratitud. 

Su estilo estuvo en constante evolución. Marca su primera época un realismo idealizado que vuelca en retratos y figuras infantiles llenas de ternura. Luego, lleva a algunas de sus obras a la abstracción pero sin abandonar el lenguaje figurativo. De esta época es su escultura Al vent del Mon, de fuerte contenido simbólico.

Los animales y en especial las aves tuvieron especial atractivo para ella. Las dibujó y también las modeló, voluminosa y de superficies curvas, llenas de expresividad: palomas en barro y en bronce, pájaros de hoja de lata, bandadas en vuelo…
Siempre mostró gran interés por la figura humana, si bien abordándola con distinta estética. Así creó las figuras-paisaje, que ella sentía integradas en la naturaleza y en el entorno del que forman parte.

A partir de mediados de los pasados años 80 investigó con nuevos materiales de los que arrancó esculturas frescas, airosas y llenas de poesía. En muchas de sus últimas obras denunció temas que le preocupaban, como la injusticia o la violencia de género: compuso escenas enormemente expresivas, de brillantes colores, con materiales tan elementales como el alambre o el cartón, para dar presencia, a través de personajes anónimos como es el caso de esta figura, a situaciones de riesgo o de marginación social. 

Esta obra forma parte del legado de Ana Jiménez a la Junta de Castilla y León, hoy conservado en el Museo.