Museo de Valladolid
28 de abril de 2020
31 de mayo de 2020
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Museo de Valladolid
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Museo de Valladolid. El reloj solar se utilizó durante siglos para calcular las horas con exactitud aunque la invención de los cuadrantes solares aportó una precisión mayor y podían utilizarse en todas las latitudes. Se conservan preciosas piezas del siglo XVI de distintos relojeros, pero esta forma concreta de cuadrante equinoccial portátil se atribuye a Nicolás Rugendas, primero de una familia de relojeros originaria de Auch (Francia) establecida en Augsburgo (Alemania) a comienzos del siglo XVII. Siguiendo su estela, varios relojeros crearon modelos muy similares dentro de un tipo común que dio en conocerse como “Cuadrantes de Augsburgo”.
Este cuadrante solar o reloj de sol equinoccial, de latón dorado, está formado por una placa octogonal, apoyada en tres pies, sobre la que se articulan varios elementos.
La brújula encastrada en el centro sirve para orientar el reloj. Su posición horizontal se verifica con la pequeña plomada que pende –aquí con un cordelito, por haber perdido el cuerpo metálico original- en el centro de un arquito abatible. Mediante una bisagra, un anillo con números romanos, o círculo horario, puede ajustar su inclinación a la latitud del lugar de uso, que viene dada -entre 10 y 80 º- en la pestaña abatible en forma de arco.
En el centro del anillo está el gnomon, o aguja que indica las horas, al proyectarse, por la luz del sol, sobre la numeración del anillo. El gnomon está soldado en un eje móvil para ponerlo en ángulo recto con respecto a la base del reloj.
Todos sus elementos se pliegan, lo que permite llevarlo en el estuche que conserva, de piel y adaptado a su forma, en cuyo interior, forrado de lino blanco, se ha escrito una dedicatoria: Para F. Damaso de Suso. Año 1808. El Villar y agosto 20 ≠. Dn Mathias Lopez Gil.
En el reverso, bajo la caja de la brújula, consta la inscripción: Eleva Poli, es decir, la elevación del Polo sobre ciertos lugares / ofen 47 Prag 50 / Danzing 54 Rig / Lisabon 39, indicando sus latitudes (o altura) con los números. Además de distintas listas de ciudades, este tipo de relojes se acompañaba de unas instrucciones de uso, habitualmente en alemán y en francés.
En la segunda mitad del siglo, su producción fue en alza, sin embargo, y mientras los precios bajaban, los relojes eran menos precisos y de fabricación menos cuidada.
Las iniciales LTM, que figuran al final de la inscripción son las del artífice LUDOVICUS THEODATUS MULLER, activo en Augsburgo a mediados del siglo XVIII.
Perteneció este cuadrante solar al arquitecto Segundo de Rezola, en 1876, quien lo donó cuando numerosos particulares de la ciudad contribuían a la formación de la Galería Arqueológica que fue germen de este museo.