Museo de Zamora
5 de junio de 2020
26 de junio de 2020
Todos los públicos.
Zamora, Cultura, Museos, Exposición, Colecciones, Actividades culturales, Educación
Junta de Castila y León
Museo de Zamora
Director: Alberto Del Olmo Iturriarte
Plaza Santa Lucía 2. C.P.: 49002 Zamora.
980516150
980535064
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El Museo de Zamora. Según la definición de la RAE, el noque es un “pequeño estanque o pozuelo en que se ponen a curtir las pieles”, aunque en este caso se trata de un recipiente cerámico de grandes dimensiones y enterrado en el suelo donde se vertía el pelambre, mezcla de agua y cal que servía para pelar los pellejos, y que se encontraba en las tenerías de la zona denominada de Puerta Nueva, a orillas del Duero pero dentro del tercer recinto amurallado de la ciudad.
Dos ejemplares se extrajeron del yacimiento, eligiendo los que se encontraban más completos y presentaban mejor estabilidad para soportar las labores de extracción llevadas a cabo. Se procedió a engasar el interior de los noques con capas de gasa de algodón y resina acrílica. Dicha capa hace las veces de protección entre la pieza y el relleno que se procedió a verter en el interior, a base de espuma de poliuretano (visible en las imágenes del proceso de restauración) que serviría para mantener la pieza en un bloque y facilitar su remoción. Las piezas fueron depositadas en las dependencias del museo en posición invertida.
La intervención en uno de estos recipientes se llevó a cabo en 2018 con motivo de la exposición conmemorativa del 20º aniversario de la apertura del Museo de Zamora en su ubicación en la Plaza de Santa Lucía. De entre los dos ejemplares extraídos se decidió optar por el que mejor estado de conservación presentaba y se encontraba más completo, con una gran parte del borde. Está realizado en pasta micácea de color beige, reforzada por cordones digitados aplicados que disimulan las uniones de sus tiras y con un diámetro de 122cm en su boca y una altura de 84cm. Conserva en su interior restos de pelambre en forma de costras bastante adheridas a la cara interior de la cerámica.
Se realizó una limpieza de la cara exterior mediante cepillados para la eliminación de restos vegetales y de tierra adherida, mientras que se hizo necesario el empleo de cincel percutor para la retirada de las costras más duras y adheridas, seguramente fruto del trepado de la cal desde el interior.
Debido al gran tamaño de la pieza y a la inestabilidad que presentaba, con bastantes fragmentos desprendidos y la presencia de grietas de importante tamaño, estos fueron adheridos con resina bi-componente, utilizándose el relleno de poliuretano para sostener los fragmentos con clavos y alcayatas durante el fraguado del adhesivo. En una primera fase se reintegraron las lagunas de la base y de la parte baja de la pieza, en este caso mediante resina con carga, intercalando una película de polipropileno para evitar que se adhiriese al relleno interior.
Estabilizada la base se volteó el noque para continuar con su intervención en su posición correcta y siguiendo los mismos procedimientos de adhesión y reintegración de volumen. Se retiró el exceso de espuma de poliuretano hasta una altura adecuada de tal manera que la estabilidad de la pieza se viera favorecida. Se limaron y lijaron las lagunas hasta ajustarlas al original y se reintegraron con acrílicos mediante salpicado de pintura (estarcido).
Para una correcta exposición e interpretación se cubrió la espuma de poliuretano con una cartulina y una fina capa de arena cribada. Ahora forma parte de la exposición permanente del Museo y se ubica en la sala dedicada a la ciudad.