Museo de Zamora
3 de abril de 2020
17 de abril de 2020
Todos los públicos.
Zamora, Cultura, Museos, Exposición, Colecciones, Actividades culturales, Educación
Junta de Castila y León
Museo de Zamora
Director: Alberto Del Olmo Iturriarte
Plaza Santa Lucía 2. C.P.: 49002 Zamora.
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980535064
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El Museo de Zamora. En una publicación anterior hablábamos de la factoría de producción de sal que estuvo en funcionamiento durante el Bronce Antiguo en el yacimiento de Santioste, cerca de Otero de Sariegos. Y ya entonces mencionábamos el hallazgo en el mismo lugar de un enterramiento coincidente con el momento de abandono de la explotación.
Se trata de la sepultura de una muchacha de unos trece años, cuyo ajuar se componía de un cuenco liso de cerámica, una pulsera y un collar de cuentas de hueso, tres cápsulas de plata y un botón piramidal de marfil con perforación en V. El brazal de arquero de pizarra que aparece en la imagen se encontró en un estrato ajeno a la tumba, por lo que los arqueólogos descartan que formase parte del conjunto funerario. La presencia de materiales tan valiosos en aquel momento como la plata o el marfil -que no se encontraban en la zona y, por tanto, serían importados- y el lugar de enterramiento nos animan a pensar que la chica inhumada perteneciese a una clase social destacada, relacionada muy probablemente con la explotación de la sal. Es decir, estaríamos hablando ya de la existencia de una jerarquía hereditaria, grupos que transmitían su poder y autoridad de generación en generación.
No es extraño encontrar enterramientos en minas prehistóricas de otras materias primas, como cobre o sílex, y de algún modo Santioste sería una mina de sal. Al parecer, existía la creencia en ciertas culturas antiguas (e incluso actuales, si recurrimos a paralelos etnográficos) de que al practicar una actividad extractiva como la minería, se le estaría arrebatando algo a la diosa Tierra y sería necesaria una devolución en forma de ofrenda para aplacar la ira de la divinidad telúrica. Por ello, se enterraría en el sitio el cuerpo de los mineros o, en este caso, de la muchacha.
Más recientemente, durante el desarrollo de nuevos trabajos arqueológicos en Santioste, se localizó también el esqueleto de una ternera completa -que nunca llegó a ser consumida- junto a una punta de flecha de cobre rellenando intencionadamente el interior de un pozo. Y en Molino Sanchón II (otra factoría de sal también en el entorno de las lagunas, que estuvo en funcionamiento durante el Calcolítico, pocos siglos antes que Santioste), otro pozo se selló con una gran cazuela campaniforme -elemento de gran valor que se asocia a las clases dominantes- acompañada de restos de animales que pudieron ser parte de un pequeño banquete ceremonial. De modo que, hace unos cuatro mil años, la frontera entre lo ritual y lo económico era difusa, y uno y otro ámbito se entremezclarían.
Lamentablemente, hasta el momento no se ha encontrado ningún otro enterramiento coetáneo en el entorno que permita arrojar más luz sobre el tema.