Museo de León
1 de noviembre de 2011
30 de noviembre de 2011
Educación, Investigación, León, Cultura, Actividades culturales, Museos, Centros, aulas y yacimientos arqueológicos, Colecciones, Conservación, Exposición
Consejería de Cultura y Turismo
Museo de León Plaza de Santo Domingo, 8 - 24002 León
Museo de León.
San Mateo, obra de Juan de Juni, hacia 1540. Escultura en barro modelado, sin policromar de 98 cm de altura. Procede de San Marcos de León e Ingresó por desamortización, antes de 1869, y restaurado en 1996, nº de inventario: 47.
Esta intensa obra maestra de Juan de Juni sirve de argumento a quienes defienden un viaje a Italia previo a los trabajos hispanos del imaginero francés afincado después en León y Castilla. Pocas obras renacentistas como ésta reflejan una mayor deuda con el país trasalpino, y en general corresponden todas a la primera etapa del autor, la que se desarrolla precisamente en tierras leonesas. La grave monumentalidad del santo, su musculosa anatomía, la helicoide que mueve el grupo o el volumen y práctica independencia de paños y cabellos son suficientes testimonios de aquel aprendizaje, pero por si fuera poco, el poderoso rostro de san Mateo se relaciona con el fuerte carácter que Miguel Ángel había otorgado a obras muy conocidas, como el Moisés, un cuarto de siglo antes. Esta escultura exenta nos presenta al evangelista arrebatado por la revelación de las Escrituras, decidido en su gesto pero tal vez aquejado por la vejez y cierta presbicia, lo que le obliga a guardar distancia con el libro y a fruncir el ceño. Un pequeño ángel emblema del santo, brazo derecho en jarras, sostiene con su mano izquierda los sagrados textos, en una forzada postura que contrapesa la de Mateo. Gómez-Moreno indicó en su día que el barro estuvo blanqueado, para imitar piedra, aunque no sabemos si este blanqueo era original y no subsisten indicios en la pieza, que debió dejarse sin policromar.
Desconocemos si esta pieza formaba parte de un grupo de evangelistas, como sucede con el conjunto completo de las cuatro figuras también en terracotta obra de Alessandro Vittoria hacia 1580 (cuyo Mateo guarda gran similitud con éste), hoy en el Art Institute de Chicago. Pero su autoría no presenta dudas, pues conservamos otros excelentes ejemplos de esta técnica, cercanos en el tiempo y en el espacio. Nos referimos a los barros, esta vez policromados, que Juni realiza, aún vecino de León, para la Iglesia de San Francisco de Medina de Rioseco (Valladolid): san Sebastián y san Jerónimo, perfectamente documentados. En el Museo de León, además, se exhibe otra pieza de esta técnica singular, un Relieve de la Piedad, ahora sí, pintado íntegramente.
Las esculturas litúrgicas en barro cocido fueron poco habituales en España hasta la llegada de Juni –de “auténticas primicias” se las ha calificado- y entre los escultores que las practican es normal encontrar referencias a su ascendencia o relación con Italia (Pietro Torrigiano, por ejemplo), donde este proceder era habitual, sobre todo para los bocetos. Esta excepcionalidad quizá explica la defectuosa cocción (pudiera ser que al propio sol) de algunos de ellos, como se ha comprobado en las recientes restauraciones de estas piezas, quizá por falta de medios artesanales acostumbrados a este trabajo.
La pieza de León, que ha sufrido varias roturas menores, está sin embargo en buenas condiciones y constituye un singular ejemplo en un material poco "noble", pero con el acabado de una obra maestra, cuyo influjo se registra en numerosos ejemplos de evangelistas repartidos por los retablos y mobiliario de esta provincia incluido el propio coro de San Marcos, donde Juni, o alguno de sus directos seguidores, repitió este esquema.
Horario: De martes a sábados a las 17´30 h. y sábados y domingos a las 12 h.