Particularmente representativa del mundo vacceo, la necrópolis de Palenzuela ha proporcionado, en sus tumbas de incineración, una gran variedad de ajuares con piezas de cerámica y hierro, -vasos trípodes a mano, copas pintadas, espadas, puntas de lanza, umbos de escudo o puñales- entre los que destacan las miniaturas realizadas expresamente para su uso como ofrendas, a imitación de los objetos de uso diario (trébedes, cacitos, tablas de lavar, etc.)