Considerada como la pieza cumbre de la orfebrería románica de la Europa cristiana, procedente del Monasterio de Santo Domingo de Silos tenía la finalidad de decorar el frente de la tumba del Santo. El frontal está formado por un tablero-soporte de roble decorado en su cara exterior con una serie de placas de cobre doradas, repujadas y esmaltadas. En el centro se encuentra la figura de Cristo Majestad, dentro de una mandorla, y en las enjutas los símbolos de los evangelistas. A ambos lados, cobijados por una arquería, se disponen los Apóstoles y por encima de ellos, en relieve repujado, la arquitectura de la Jerusalén Celeste. Bordean la pieza bandas decorativas con roleos grabados que alternan con placas esmaltadas de animales fantásticos y otras con cabujones de piedras duras. Su parte inferior apoya sobre una arcada.