Esta pieza representa el auge del Calcolítico en Ávila, documentado en muchos yacimientos. Éste ha proporcionado tres centenares de hoyos, excavados en la tierra y colmatados con materiales depositados por los sucesivos pobladores o utilizados como fosas de inhumación. Tiene indicios de una primitiva explotación mineral, asociada a los cercanos afloramientos de malaquita, imprescindibles para la metalurgia del cobre.