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La fragua de Tremedal de Tormes

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Fecha de inicio:

11 de junio de 2020

Colectivo destinatario:

Todos los públicos.

Tipo de evento:

Exposición

Entidad organizadora:

Junta de Castilla y León

Lugar de celebración:

Museo de Salamanca

Director: Alberto Bescós Corral

Plaza Patio Escuelas, 2.. C.P.: 37008 Salamanca.

923 212235

923 263765

Correo electrónico (pulse para verlo)

http://www.museoscastillayleon.jcyl.es/museodesalamanca

Descripción:

El Museo de Salamanca. Las fraguas eran pequeños talleres, oscuros y con escasa ventilación, que solían situarse en las salidas de los núcleos urbanos, aunque también podían encontrarse dentro del pueblo, y a veces en la planta baja de la vivienda del propio herrero. 

Hasta la primera mitad del siglo XX, cada pueblo, por pequeño que fuera, tenía su fragua, con frecuencia arrendada por el Ayuntamiento junto con algún pequeño terreno de cultivo para el sustento del herrero.

La fragua del Museo de Salamanca procede de Tremendal de Tormes, municipio perteneciente a la comarca de la Tierra de Ledesma,  fue donada por Sigifredo Tapia.

Prototipo de fragua rural, está compuesta por diferentes elementos básicos: un hogar de piedra para calentar el hierro que recibe oxígeno para avivar el fuego del fuelle. La carbonera donde guardar el combustible y un yunque para forjar el metal, generalmente encastrado o sobre un gran tronco de encina para amortiguar las vibraciones y el ruido de los golpes. En la pila, con agua fría, se templaba el hierro trabajado. Y un conjunto de herramientas muy variadas, muchas de ellas hechas por el mismo según sus necesidades, para mantener el fuego, forjar el metal, medirlo o hacer trabajos en frío.

Respecto a la materia prima, mientras que el carbón de encina procedía del sur de la provincia de Salamanca, las barras de hierro y acero eran traídas desde las ferrerías vizcaínas. 
La técnica tradicional ha evolucionado desde la Edad Media hasta el comienzo de la industrialización. En esencia consistía en calentar el hierro para hacerlo maleable batiéndolo a golpe de martillo. El calentamiento se repetía a pequeños intervalos - las caldas- con el fin de evitar que con los golpes se fracturase el metal según se iba enfriando. Una vez dada la forma deseada, cortado y estampado, se sumergía en agua fría cuando estaba al rojo, para templarlo o endurecerlo, cuando la pieza lo requería.   Por último, se lija, afila si es preciso y se incorporan los complementos requeridos como mangos de madera. 

La principal ocupación del herrero consistía en la elaboración, mantenimiento y reparación de los aperos de labranza y útiles para los ganaderos, en la fabricación de objetos de uso doméstico y en hacer piezas y herramientas para otros artesanos - carpinteros, carreteros, zapateros...
Muchos de los trabajos realizados en la fragua era necesario hacerlos al menos entre dos personas. En la fragua de Tremedal de Tormes, como en otras muchas, era el propio cliente quien ayudaba. El herrero realizaba el proceso completo de elaboración de una pieza. Por eso las fraguas contaban también con útiles de carpintería.

Los talleres más grandes podían contar con oficiales y aprendices, que iban adquiriendo la destreza del maestro con los años.
Las fraguas, lugares de reunión masculina, fueron desapareciendo a medida que fue aumentando la despoblación del campo, se fueron mecanizando las labores agrícolas - fundamentalmente a partir de la segunda mitad del siglo XX-, y aumentó la producción en serie de las fábricas. La de Tremedal de Tormes, sin embargo, estuvo activa hasta 1987.