Museos de Castilla y León
1 de julio de 2011
31 de julio de 2011
Educación, Investigación, León, Cultura, Actividades culturales, Museos, Centros, aulas y yacimientos arqueológicos, Colecciones, Conservación, Exposición
Museo de León
Museo de León
Museo de León. Epitafio de Lucrecio Próculo
Triste tarea la de Valerio Marcelino, que hubo de encargarse de honrar a su hijo muerto, a la esposa de éste y al hijo de ambos, su nieto. No nos informa sobre qué sucedió para causar tal desgracia; pero una enfermedad o un accidente quizás estén detrás de esta catástrofe familiar.
En la bella tumba de los tres se lee:
D(is) M(anibus)
LVCRETIO PR
OCVLO ARM
ORVM CVS(todi)
AN(norum) XXXV ET
VAL(eriae) AMM(a)E
VXS(ori) AN(norum) XXV
LVCRETIO PRO(culo)
[FIL]IO EORVM
AN(norum) [...] POSVIT
SOCER PATER
AVVS VAL(erius) M
ARCELLINVS.
Lo que se traduce: “Valerio Marcelino, su padre, suegro y abuelo respectivo, dedicó este monumento a los dioses Manes en memoria de Lucrecio Próculo, su hijo, custodio de armas, de 35 años, Valeria Amma, de 25 años, esposa de éste, y al hijo de ambos, Lucrecio Próculo, de ... años”.
El dedicante recurrió a un bloque prismático de excelente caliza blanca, casi mármol, dotado de los símbolos de su intención tripartita en la cabecera, donde aparecen tres discos con soles de radios curvos. Pero, ante todo, en la pieza destaca el friso inferior, que nos recuerda las prácticas indígenas (como pueden verse también en las estelas vadinienses) habituadas a representar animales, aquí presentes con el lenguaje de un relieve naturalista latino. En esta sencilla escena campean un jabalí, una cierva y un cervato, sin duda trasunto de los difuntos cuya alma es representada con esta figuración animal que evoca la dedicación militar del padre (una especie de intendente de las tropas romanas) y la gracia y ternura de la madre y de su hijo, cuya edad desconocemos, pero que aún dependería de ésta.